Mario del Monaco fue el tenor italiano más importante a lo largo de las décadas de los 40 y 50. Un tenor dramático cuyas interpretaciones estaban basadas en la exhibición de una potencia vocal que, en su caso, resultaba ser realmente extraordinaria, particularmente en los papeles de las óperas veristas italianas.
Nacido en Nápoles en 1873, para muchos el mejor tenor y de los mejor pagados de la historia, llegó a cobrar hasta 25.000 dólares en su tiempo por una presentación. Además de poseer una voz de tenor perfecta, fue el primer cantante en realizar grabaciones con fonógrafo. Su grabación de 1902 de Pagliacci de Leoncavallo, su primer disco, logró vender más de un millón de ejemplares.
Un genio absoluto. La carrera de la soprano griega se caracterizó por combinar una impecable técnica del bel canto con un magnífico talento dramático, cualidades que le hicieron la actriz-cantante más famosa de su época.